domingo, 16 de agosto de 2009

Nice, la poubelle (Niza, la basura)


No, no es un error, no es "Nice la plus belle", es como dice el título: Niza, la papelera (o la basura). Después de visitar el artículo que sobre esta ciudad francesa se exhibe con desfachatez en la Wikipedia y que, no sin orgullo chauvinista, afirma que "Niza es la reliquia de la Costa Azul, núcleo de la Riviera Francesa. Su glamoroso balneario y costas atraen a miles de ricos turistas todos los años" uno no puede, después de visitarla, sino sentirse abochornado ante tal sarta de mentiras. Niza es una ciudad que provoca vergüenza ajena y que saca los colores al visitante. Veámoslo con unos pocos ejemplos:

No es ciudad para niños
"Definitivamente, esta ciudad no es apta para menores", afirma uno de mis compañeros de viaje y no le falta razón. Tras sobrepasar el mastodóntico hotel Negresco, el pretendido 'glamur' de la ciudad desaparece a golpe de prostituta, a razón de una por cada esquina, en cualquier dirección y en cualquier calle. Puede decirse que Niza es la ciudad del amor... pagado.

Promesas del este
En la rue de France, una de las más concurridas y comerciales de la ciudad, dos prostitutas del este de Europa se pelean a voz en grito por una esquina, por haberse levantado un cliente o por un motivo que solo ellas sabían.

El amor no tiene edad...
Ni condición social. En la escalinata del Museo de Arte Moderno dos indigentes, sesentones y de barba blanca ambos, demuestran su amor besándose con pasión y magreándose por todo el cuerpo hasta llegar a sus culos manchados de palominos. Desconozco si se trataba de una 'performance' organizada por el museo o de una escena real (lo más probable). En cualquier caso, la escena no tenía mucha gusto estético. Sin duda Niza es el referente del glamour.

Carrera de obstáculos en la rue Medecin
Llegada la noche, transitar por la muy comercial y frecuentada rue Medecin se  convierte en una prueba de resistencia, algo así como los 3.000 metros obstáculos. Esputos, basura, meadas (o sea, regueros de líquido que comienzan en una pared y que pueden acabar, tras atravesar la acera, en la calzada, o bien en la misma acera), cagadas de perros (imagino, en este punto quiero ser bien pensado), borrachos que te zarandean o peleas entre los perros de los indigentes (peleas entre indigentes yo no vi) que se adocenan en portales y en los rellanos de los  comercios. 

Aquí uno se pregunta: ¿y la policía? ¿Dónde está? Pues eso, ¿dónde? "Atentos a las carteras y bolsos en la Promenade des Anglais que hay mucho chorizo", nos advierten. En ningún momento puedes sentirte seguro en esta ciudad.  "También sería casualidad que después de una semana sin ver un policía, ahora nos pusieran una multa por aparcar en doble fila", apostilla otro compañero de viaje.

Una ciudad a evitar a toda costa
Esta es la conclusión que se puede sacar después de una semana. Si se busca glamur, hay alternativas más reales: Cannes, Montecarlo. Si se buscan paisajes pintorescos también: Antibes, Saint Tropez, Menton, Monaco Ville... Si después de visitar Niza te sientes estafado, siempre puedes mentir y sentirte mejor: "¿Niza? Sí. Estuve allí y es precioso". Yo prefiero contar lo que vi.